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Herramientas «invisibles» que dan paso a herramientas de taller

En el uso de herramientas en la infancia, suele suceder que a veces el impulso y las ganas adultas generan preguntas sobre en qué momento comenzar, por dónde o qué tipo de herramientas ofrecerles. Aparecen las ganas de ver esas manitas carpinteras, constructoras y llenas de creatividad puestas en acción. En el post de hoy hablamos de las herramientas invisibles que dan paso.

Previo al uso de herramientas reales y – entre comillas – más complejas, hay herramientas que llamamos invisibles, es decir, aquellas que preparan, fortalecen y trabajan habilidades y destrezas que necesitaremos tener desarrolladas para el uso posterior de otras herramientas. Eso sí, tanto unas como otras siempre que sean reales si lo que se persigue es trabajar en el ámbito de la carpintería.

– Entre tornillos y fogones –

Cascanueces de tornillo

El taller y la cocina, desde este enfoque del que hablamos, se convierten en dos estancias anexas y familiares. La cocina es un gran taller lleno de herramientas precursoras que podemos ofrecer para que las pequeñas manitas vayan preparándose. 

Para llegar a un taladro manual, y poder realizar ese giro que nuestras manos aplican con una determinada fuerza y presión sobre el material, estas necesitan practicar previamente el giro, sin detenernos en la fuerza y sin poner el foco en la precisión. Porque el taladro, como hemos visto, es una herramienta básica y también compleja, a la vez. Necesita que varias destrezas se pongan en funcionamiento al unísono. 

Así que antes de pensar qué ofrecer, es recomendable parar y observar en qué punto se encuentra el infante, qué intereses tiene y cómo son sus destrezas, para ir ofreciendo la herramienta más oportuna en cada momento.  

Para observar esto de manera más clara, os cuento esto mismo con imágenes de herramientas invisibles y cómo estas preparan para un uso posterior de herramienta real con mayor grado de dificultad. 

Vamos a analizar tres imágenes desde este prisma:

Vamos allá con nuestra primera imagen. Para llegar a B (taladro manual verde), hay varias paradas que podemos realizar. Ahí es donde aparecen las tuercas y los tornillos por ejemplo. También botes de especias de la cocina – abrir y cerrar – o exprimir limones y naranjas con exprimidor manual.  Si observas, todos estos útiles precursores y accesibles en cualquier casa trabajan el giro de muñeca necesario para el taladro. Cuando el niño o niña tiene incorporado ese gesto, podrá centrarse en otros aspectos que implican el taladro como son la fuerza y la precisión. 

En nuestra segunda imagen vemos la secuencia para llegar al uso del martillo, uno de nuestras herramientas básicas y con las que recomendamos comenzar. ¿Qué implica el uso del martillo? Nuestra precisión, concentración, fortaleza, coordinación ojo-mano… se ponen al servicio de la acción, por lo que podemos ofrecer herramientas invisibles que trabajen estos aspectos, como son los morteros – para machacar cereales, hacer sirope de frambuesas machacando… – los cascanueces y los cortadores, que nos ofrecen una mezcla entre precisión y presión. Con el cortador pueden cortar fruta, queso, masas, pastas de sal, masas sensoriales… Sin estar haciendo bricolaje propiamente dicho, su uso les lleva a potenciar destrezas que posteriormente sí necesitarán para las herramientas, como en este caso, el martillo. 

En el caso del martillo, para cuando comienzan, una de las cosas que suelo dejar a su alcance también porque ayuda con la precisión, es la pinza sujeta-clavos, que hay quien prefiere usarlo o probarlo en la práctica de clavar.

Nuestra tercera imagen nos muestra otra de las herramientas que requieren de varias destrezas, como es el taladro manual por parejas. Una herramienta muy interesante porque introducimos ya la presencia de otra persona o bien un sargento que nos ayude con la sujeción de la pieza. 

Este tipo de taladros que implica lateralidad, pues una de nuestras manos está realizando una acción y la otra realiza otra diferente, se pueden ir introduciendo con un molinillo tradicional, por ejemplo. Moler café, moler sal, moler cereales de maíz… es una práctica en la que se requiere menor fuerza y una gran dosis de coordinación. Cuando se tiene integrado ese movimiento, en el taladro manual nos centraremos en la fuerza, pues el material será más duro, como cuando una niña o niño quiere hacer un agujero en una rodaja de madera. 

Hay muchos ejemplos en los que vemos que cocina y taller están muy unidos, especialmente en la primera etapa de desarrollo motriz. La cocina es un gran laboratorio y taller cuyos envases y artificios mucho pueden aportar. Unos simples envases de especias ayudan y refuerzan… ¡preparan para el uso del taladro! Démosle el espacio para ello sin acelerar los procesos de la infancia. Querer que usen determinadas herramientas sin las destrezas desarrolladas puede traer momentos de frustración real que pueden solucionarse ofreciéndoles pasos más sencillos y asequibles para su momento. 

– Conquistando aprendizajes invisibles –

La cocina además está llena de maravillosas habilidades realmente importantes para la vida. 

Parece más evidente que para llegar al uso de determinadas herramientas se pueden facilitar y hacer el camino más sencillo y progresivo. Pero la cocina – y sus procesos – nos brinda precisamente la oportunidad de llevar a cabo procesos, con sus tiempos, su paciencia, su perseverancia, su planificación… habilidades muy importantes para el uso posterior de herramientas que también requerirán de estas habilidades.
 

Esta escena que vais a ver a continuación muestra el interés y la motivación de una niña en el uso de una picadora manual. Tirar de la cuerda hace girar las cuchillas, que a su vez cortan el alimento. Ver este proceso implica comprender el funcionamiento de las cosas, comprender que B se corta porque A se lleva a cabo. Vivenciar ese razonamiento, ejecutarlo, es una experiencia que implica a todo el cuerpo y que convierte el “picar un alimento” en una experiencia significativa y motivadora.
Supone la conquista de habilidades y la superación personal. Una acción llena de autodeterminación y confianza en las posibilidades propias. 

– ¿El bricolaje gusta siempre? –

No siempre y no desde el principio. Los intereses evolucionan, como el propio desarrollo del niño y la niña. Hay infantes que disfrutan observando el método, el proceso; quienes gustan de experimentarlo desde el inicio; quienes necesitan tiempo y seguridad antes de dar el paso a la acción. Y como personas adultas nos corresponde respetar y observar. Respetar sus intereses y no forzar ni obligar por mucho que nos apasione la carpintería. Porque la pasión es nuestra y hemos hecho ese descubrimiento. Dejar que cada niño y niña descubra sus pasiones pasa por aceptar que todo vale dejando siempre por delante que, te guste o no el bricolaje – coincidamos en pasiones o no -, el amor siempre será incondicional. 

Desde luego mostrar aficiones y hacer copartícipes a las demás personas es una manera de mostrar la felicidad, la motivación, las acciones ilusionantes. Y puede ser con el bricolaje o con cualquier otra faceta y/o destreza. 

Demos valor y espacio a esas herramientas invisibles que tanto aportan. Ahora sabemos que, de forma casi imperceptible, nos preparan para lo que vendrá después y que lo afrontemos con destreza y confianza. 

– Directo en Instagram –

El pasado día 21 de febrero, hicimos un directo en Instagram hablando sobre el tema, mostrando y desgranando algunos de estos útiles de cocina que se tratan en este post. Puedes verlo aquí .

María Mayorga

No me crié en el campo, pero recuerdo con gran cariño y entusiasmo mis veranos en la Sierra de Guadarrama, el olor a pino, las caminatas por las montañas y los pósters de naturaleza que llenaban la cocina de mi tía. Con los años, el olor a cantueso, a tomillo, a jara... Con los años, las piedras de granito, el calor del sol, la hierba mullida... Llevo años viviendo en zonas de naturaleza y años sintiendo que los niños de hoy tienen que volver a tocar la tierra, a meterse en los charcos, a jugar con el barro y a trepar. Porque somos juego, somos vida, somos naturaleza. Let's Play Outside! www.escuelainnatura.com / info@escuelainnatura.com

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