Por aquí estamos acostumbradas a los ya clásicos parques infantiles:  suelo de caucho, columpios y habitualmente todo vallado. Un esquema que se repite en uno y otro parque, salvando las variaciones en los columpios que puedan tener. Vamos, que es todo más de lo mismo generalmente.

Por eso nos alegra cuando, de pronto, conocemos un espacio diferente, novedoso, que ofrece a los/las más pequeños/as alternativas de juego y experimentación diferentes a las acostumbradas. Eso nos pasó recientemente cuando descubrimos el circuito de agua que hay en el Parque del Rinconín, en Gijón.

Suelo de arena fina, una bomba de agua, canales con válvulas para desviarla por varios sitios y ¡una excavadora! Deleite asegurado para cualquier criatura con ganas de experimentar.

Pasaban las horas y las posibilidades de juego no tenían fin: bombeando agua sin descanso, eligiendo por qué camino iría, haciendo piscinas con la excavadora, observando cómo se iba filtrando el agua despacito por la arena y la huella que dejaba, construyendo canales… Vamos, un éxito.

El único pero que notamos es que está diseñado para unas edades algo mayores a las de nuestros peques de dos y tres años, y eso hacía que no fueran del todo autónomos/as para poder manejar la bomba o llegar a todos los puntos del circuito. Aun así, lo pasamos genial y sin duda repetiremos.

Nos encataría que hubiera más espacios de juego como éste en las ciudades y pueblos. Espacios que estén diseñados para cubrir las necesidades de juego, experimentación, exploración, aventura y motricidad de los más pequeños y pequeñas, como hacen tan concienzudamente en otras ciudades como, por ejemplo, Berlín.

¿Qué otros parques diferentes hay en vuestra zona?