La amplia gama de formatos y complementos que se pueden acoplar, permite combinar fácilmente distintas funcionalidades de juego, libre movimiento y entrenamiento.

Para hacer una divertida estructura de juego infantil, en él se pueden quitar y poner columpios de distintos tipos, cuerdas, anillas de gimnasia, red de escalada, portería o canasta.

Si se busca usarlo como estructura de ejercicio, se puede adaptar fácilmente añadiendo gomas de resistencia, barras de dominadas, un saco de boxeo o bandas de suspensión tipo TRX. Así se tendrá rápidamente un espacio para entrenamiento funcional, calistenia o crossfit.

Su aspecto minimalista hace que se adapte perfectamente a la estética de cualquier casa con jardín independientemente de su estilo. Además no ocupa un gran espacio.

Elige una estructura PlayBase básica y personalízala a tu gusto, o escoge alguna de las combinaciones con complementos que aquí proponemos.

Ventajas de tener una estructura o parque de juego en tu jardín:

Con una estructura de juego en el jardín, los niños/as tendrán un espacio seguro y divertido para jugar y hacer ejercicio. Los juegos al aire libre fomentan la actividad física y contribuyen a un estilo de vida activo y saludable. Además los adultos tendrán un lugar donde también poder moverse, jugar y entrenar.

Tener una estructura de juego en el jardín es una excelente manera de involucrar a toda la familia en una actividad al aire libre. Desde los más pequeños hasta los más grandes, todos pueden disfrutar del espacio juntos. Poder tenerlo siempre a mano es una excelente manera de prevenir el sedentarismo.

Un parque de juego en el jardín puede ser una fuente de inspiración para la creatividad y la imaginación. ¿Cuántos juegos podrán inventar alrededor de este espacio?

Una estructura de juego proporciona un lugar para pasar tiempo juntos y disfrutar de momentos al aire libre a la puerta de casa.

Una estructura robusta y duradera

Gracias a su material, PlayBase asegura una larga vida útil. Su composición a base de acero con tratamiento antióxido superará los años.

Otras estructuras, como las que están realizadas en madera, precisan un continuo cuidado y tratamiento para evitar su deterioro. Este no es el caso de PlayBase, que no precisa mantenimiento constante.

Además, su versatilidad funcional, y gracias a la posibilidad poder ir modificando su configuración sin dificultad, hará que no sólo sea útil para los primeros años de infancia de tus hijos. Su uso irá transformándose y evolucionando según las necesidades de toda la familia. Por lo que es seguro que seguirá teniendo éxito a lo largo de los años, y no quedará como otro artilugio olvidado en el jardín.

Fácil instalación, sin necesidad de obra

PlayBase es una estructura que se recibe desmontada en módulos y lista para su instalación siguiendo las instrucciones, como puede verse en este video. Las conexiones entre los distintos módulos son de tipo tubular.

Es preciso que los anclajes queden enterrados al menos 50 cm bajo la superficie del suelo. No hay necesidad atornillar o de añadir cemento ni hormigón, simplemente enterrarlos. Así ya queda con una gran estabilidad y solidez.

Unos apuntes sobre la importancia del movimiento y juego libre en niños y adultos

El juego en un espacio exterior enriquecido para el movimiento, puede ayudar a los niños y adultos a adquirir una amplia variedad de habilidades físicas básicas pero importantes, que favorecen un buen estado físico, mental y cognitivo.

Estructuras como el Playbase, de diseño abierto y personalizable, favorece que se puedan explorar distintas destrezas y formas de moverse: columpiarse, trepar, colgarse bocabajo… todo esto constituye una base importante de un desarrollo físico sano y completo: mejoras en la coordinación, el desarrollo de la fuerza muscular, el equilibrio, la agilidad, la resistencia y conciencia corporal.

Además, el juego en este tipo de entornos al aire libre estimula el sistema vestibular y el sentido de la propiocepción en los niños.

El sistema vestibular es responsable de mantener el equilibrio y la postura, y se encuentra en el oído interno. El movimiento libre, como saltar, hacer volteretas o columpiarse, proporciona gran variedad de estímulos vestibulares que ayudan a desarrollar y fortalecer este sistema.

El sentido de la propiocepción, es la capacidad de percibir la posición y el movimiento de nuestro cuerpo. Al tener posibilidades un movimiento rico y variado, colgándose de las manos, trepando…  los niños están desafiando su sentido de la propiocepción y desarrollando su capacidad para comprender la posición y el movimiento de su cuerpo en relación con el entorno.

¡Y todo esto a la vez que juegan libremente y se divierten!