Caminamos por el bosque. Las hojas caen sin cesar a nuestro alrededor. Hojas marrones, amarillas, rojizas. El suelo es una alfombra mullida de hojas, palos y zurrones de castañas.
Pisamos los erizos y vemos cómo brotan de golpe las castañas. Las recogemos y observamos los pequeños animales que tratan de comérselas. Las verdes hojas de helechos van siguiendo la vereda del riachuelo en el que jugamos.
Seguimos caminando. Descubrimos pequeños tesoros, pequeños animales muertos que nos permiten observarlos bien en su quietud.
Como ha llovido, por algunas partes del pequeño bosque los árboles siguen lloviendo las gotas acumuladas en sus hojas.
Multiples setas de distintos tamaños y formas van acompañándonos a lo largo del camino. Mi hija se fija en un grupo de ellas y lo señala mientras me pregunta: “¿las contamos?”
Qué mejor manera de ir aprendiendo a contar que con aquello que le interesa…
¿de verdad es necesario hacer una ficha en la que se pinten hojas amarillas para saber qué es el otoño? ¿qué mejor que aprender de la vida donde hay vida?
#conociendolosciclosenelbosque