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Invierno y niños, ¿qué hacer cuando llueve o hace frío?

En invierno, muchas veces no sabemos qué hacer con los niños. Todo el día en casa o metidos en sitios cerrados puede resultar muy agobiante. Tanto para ellos como para las personas adultas que les acompañamos. Por mucho que sea invierno los niños siguen necesitando liberar su energía. Necesitan jugar al aire libre, correr, saltar, mancharse…

Pero los padres y madres hemos sido educadas mayoritariamente a no salir cuando hace «mal tiempo» y solemos ver esos días con pereza. Si bien la energía propia del invierno invita a recogerse y estar más en casa, nos encontramos con que los días de lluvia o más frío nos cuesta más salir.

Pero no siempre fue así…

Si recordamos nuestros juegos de infancia es muy probable que recordemos momentos en los que estábamos jugando y disfrutando al exterior sin importarnos el tiempo que hacía. Yo recuerdo especialmente un día en el que mi hermano y yo nos metimos a jugar debajo de unos canalones. Estábamos en casa de una prima de la familia. Era un día muy invernal y lluvioso. Cuando entramos en casa y mi madre nos vió, estábamos totalmente empapados. Pues bien, recuerdo perfectamente la sensación de disfrute y libertad, pero en absoluto recuerdo la más mínima sensación de frío.

En algún momento hemos ido perdiendo la conexión natural con las diferentes estaciones. Algo lógico en una sociedad que potencia el verano como único paraíso posible. Pero si recordamos, sabemos que hubo un momento en que no lo sentíamos así. Se trata tan solo de cambiar nuevamente el chip.

¿Por qué no salir entonces en invierno?

Aunque se suele culpar al frío de muchos de los catarros y enfermedades típicas del invierno, lo cierto es que muchos estudios lo desmienten. En espacios cerrados, los virus tienden a concentrarse más ya que la ventilación en invierno no es suficiente. Con lo cual, quedarnos en casa o ir al centro comercial no es la solución perfecta si lo que nos preocupa es que puedan enfermar.

De hecho, en otras partes del mundo se trata al frío de diferentes formas. La relación que tenemos con el clima no deja de ser, por tanto, una cuestión en gran parte cultural. Lo bueno es que entonces, como cualquier otra creencia, podemos cambiarla y aprender a disfrutar todo el año.

Además, los niños están más conectados con su cuerpo y eso hace que, generalmente, lleven peor si no tienen el espacio necesario para correr, saltar, gritar… Son cuerpos en expansión que necesitan crecer y liberarse durante todo el año.

¿Qué nos ofrece el invierno?

A lo largo de estos meses de frío, los estímulos climáticos y recursos que encontramos en el exterior son muy variados: lluvia, charcos, viento, hielo, nieve… Y cada uno de ellos nos puede proporcionar infinitas posibilidades de juego y experimentación.

En esta época, uno de nuestros lugares preferidos son las playas. En verano, por lo general, se convierten en sitios demasiado llenos de gente como para poder permitir con total tranquilidad que nuestros hijos corran y jueguen libremente por ella. En cambio en invierno, apenas hay nadie en las playas (sobre todo si no son de ciudad). Así que dispondréis de prácticamente toda la playa para jugar o hacer lo que os apetezca. Esto ayudará también a aumentar la distancia de seguridad que tener con nuestros pequeños ya que nuestro campo de visión es más amplio. En la ciudad, por lo general, no pueden gozar de esa libertad de separarse tanto, para ir probando hasta donde están cómodos.

Por si fuera poco, en estos meses los servicios de limpieza no están tan presentes en las costas y si bien podemos encontrar alguna basura, también podremos descubrir un montón de tesoros que la marea ha traído y con los que poder experimentar e inventar historias.

Niños e invierno

Otro lugar que recomendamos frecuentar durante todo el año son los bosques. Y es que en ellos, el paso de las estaciones se hace altamente perceptible. Y qué mejor manera que aprender sobre los ciclos y las estaciones que siendo partícipe de ellos. Observar la naturaleza puede ser una gran fuente de conocimiento y curiosidad.

En invierno el bosque muestra los árboles de hoja caduca desnudos, y es una buena forma de ir aprendiendo y relacionando cuáles son y cuáles tienen sin embargo hoja perenne. Ir viendo cómo cambia un mismo entorno a lo largo del año, e incluso documentarlo, es una estupenda práctica para afinar nuestra percepción.

planes con lluvia niños

¿Qué tener en cuenta a la hora de salir?

Uno de los principales factores a tener en cuenta a la hora de salir al exterior a jugar en invierno es la vestimenta. Si queremos que puedan jugar y experimentar a sus anchas necesitan sentirse agusto. Para ello es necesario:

    • que vayan protegidos del frío

    • que vayan protegidos del viento

    • que vayan protegidos del agua

Es genial poder experimentar la distintas sensaciones que nos aportan el frío, el viento y el agua. Sin embargo, es bueno poder hacerlo en un contexto seguro que haga que realmente no lo pasemos mal por esos factores climáticos. Para esto, os recomiendo el post de “Consejos para abrigar a los niños y niñas en invierno” que escribió Inés hace poco.

¿Y qué podemos hacer en la naturaleza?

Desde luego que no hace falta llevar un plan premeditado ya que la naturaleza, en cualquier época del año, nos aporta múltiples estímulos naturales, recursos y materiales no estructurados con los que poder inventar cualquier juego. Y si dejamos a nuestros hijos que jueguen libremente, siempre encontrarán algo que hacer.

Sin embargo, es cierto que a veces apetece salir a hacer algo concreto aprovechando los materiales que sabes que te vas a encontrar. Esa ilusión de preparar en casa la mochila con lo necesario para salir a hacer una determinada actividad…

Aquí os dejamos algunas propuestas del “Libro del mal tiempo” que nos inspiraron:

  • Hacer música con el viento: para ello sólo necesitaremos algo de lana o cuerda y rebuscar por la casa en busca de diferentes elementos que puedan sonar entre sí: espumaderas, ralladores, sartenes, tapas, latas…etc. Finalmente saldremos a buscar alguna rama donde colgarlos y a esperar que el viento haga su propia música

    actividades con viento y niños
    Foto tomada en el Espacio Libre 7 Colores, de Valdivia (Chile)
  • Bolas de hielo (para días de mucho frío): Necesitaremos unos globos, un alambre y unas pinzas de la ropa. Tan sencillo con llenar los globos de agua y meter un trozo de alambre en cada uno, de tal modo que parte quede fuera del globo. Los cerramos con una pinza y los dejamos al exterior, en un sitio que dé bien el frío. Y ya sólo queda esperar a que se congelen para sacarlos del globo y colgarlos de algún árbol.
    Podemos experimentar a ponerle purpurina, flores, colorantes… dentro del agua para lograr diferentes bolas.

Otro día os ponemos las fotos de cuando salimos a hacer estos miniproyectos 🙂

Puedes ver más ideas también en este post de ‘Tierra en las manos’.

¡Esperamos haberos animado a salir a disfrutar del invierno! Si queréis podéis compartir vuestros planes para aprovechar las oportunidades que nos traen los meses más frío 🙂

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