¿Se valora lo suficiente el juego al aire libre en cuanto a la promoción de la salud en la infancia?
Hacer deporte es una de las grandes medidas que suelen añadirse a las políticas para reducir las tasas de sedentarismo y obesidad en la infancia. Se recomenienda en aras de promover una mayor actividad física. Y está bien. Nadie dirá que el deporte es algo malo.
Sin embargo, también me planteo cosas. ¿Y si no le gusta hacer deporte? ¿y si la oferta a su disposición, no le atrae? ¿tiene que jugar al fútbol o hacer gimnasia rítmica sí o sí porque es lo que hay a su alcance? ¿En qué se van a convertir esas actividades? ¿disfrute o suplicio?
Y por otro lado pienso… ¿y qué hay de promover una vida activa propia de la infancia? Nutriendo esos impulsos por moverse que ya traen de serie. Fomentar que los desplazamientos sean a pie o en bici, que en el cole se pasen menos horas sentados, facilitar espacios de recreo con estructuras de juego que faciliten el movimiento variado. Por supuesto, tiempo diario de juego al aire libre.
Cualquiera que observe a sus hijos jugando fuera, se dará cuenta de la cantidad de movimientos diferentes que realizan: trepan, corren, paran, saltan, se levantan desde el suelo, están en sentadilla, se cuelgan, cargan, lanzan… se impulsan, bajan corriendo, suben corriendo… Es todo un alarde de movimientos de todo tipo. ¿No es una pasada? ¿se gana lo mismo entrenando fútbol?
Movimientos funcionales y diversos, conocer sus propios límites, superación…. y por supuesto mucho disfrute.
En fin, tenía ganas de esta reflexión. Ahora de adultas tenemos que hacer sesiones de entrenamientos, y pagar para poder recuperar aquellos movimientos que de niñas eran totalmente espontáneos y naturales.
Deporte, por supuesto, si te gusta. Para lo demás, mucho juego y movimiento libre… al aire libre 😊
Ojalá más testimonios de pediatras y terapeutas recomendando más horas de juego libre al aire libre y en la Naturaleza.