Jugar fuera en primavera: el encuentro del sol y del agua
En esta época del año ya comienzan a aumentar las temperaturas y la lluvia nos sigue visitando. Sino, ¡no tendríamos la explosión de la vegetación característica! No es raro que caiga una un buen chaparrón y tras unos minutos el cielo abra regalándonos de nuevo el solecito.
El paisaje fuera cambia e invita irresistiblemente a salir fuera a jugar. La calle se llena de charcos y regueros. Hay mil y una formas de aprovecharlo para jugar. Así que ahí van…
Algunas propuestas para jugar durante y después de la lluvia
1. Pintar con tiza en el suelo mojado
La textura y el efecto de las tizas sobre el suelo mojado no tiene nada que ver a cuando está seco. Además da mucho pie a hacer mezclas con los diferentes colores. Es una invitación a dar rienda suelta a la creatividad
2. Embalsar agua de las acequias
Para muchos supone una gran reto el conseguir parar el agua, ¡que nunca quiere dejar de fluir! Además de algo divertido que da pie a jugar de forma colaborativa. Se pueden usar piedras, barro o saquitos y bolsas rellenas de arena. El ingenio está servido.
3. Fabricar y botar barquitos
El clásico, una cáscara de nuez rellena con miga de pan, y fabricar una vela con un palillo y elementos que encontremos en el entorno (una hierba, una hojita, un trocito de tela…).También se pueden emplear trozos de corteza de árbol, corchos de botella, etc. Hay un sin fin de ideas. Es genial construirlo y luego ver cómo flota en el agua (o no… ¡a repensarlo!)
En la imagen de encima se nos ocurrió usar simplemente un tupper de casa, que hizo las veces de un vehículo acuático para algún que otro de los muñeco de casa.
4. Sacar a pasear los juguetes de la bañera
¿Y por qué no? Se puede jugar en un buen charco con los mismos elementos que acostumbramos a usar en la bañera. Esta idea me parece especialmente simpática, y suele ser muy sorprendente para los peques cuando se la propones. La sacamos del «Libro del mal tiempo» de Fiona Danks y Jo Scholfield. Muy recomendado, por cierto.
5. Carreras de ramitas y hojas
Como contaba Magda en el anterior post, el agua es un gran elemento para el aprendizaje. A mi hijo le fascina especialmente ver el fluir del agua, el seguirla y ver por dónde a pasando… por desagües, tuberías, alcantarillas, hasta que desaparece y reaparece en otro lugar.
Una forma muy visual es dejando caer a la acequia palitos u hojas. Se puede observar que a veces van más rápido, que de pronto van más despacio o incluso se quedan quietas. Da lugar a sacar conclusiones e ideas basadas en la observación.
6. Observar fauna
Esta época del año es explosiva también para la fauna. Muchas criaturas que andaban aletargadas empiezan a movilizarse y reaparecer. Aparecen insectos que «caminan» sobre el agua o vistosas libélulas.
Tras la lluvia, en zonas inundadas, charcas, abrevaderos, e incluso en los charcos de los bordes de pequeñas carreteras es habitual observar anfibios. Hay puestas de huevos, larvas de tritones, renacuajos. Es apasionante y una oportunidad para conocer de forma muy cercana el curioso ciclo de vida de estos animales. No hace falta gran cosa, más que acercarse a observar. Y en todo caso, se puede llevar una guía de campo si se quiere profundizar en identificar especies. Depende de las edades.
Eso sí, siempre apelamos al respeto hacia los animales e insistir que por favor no se les moleste, ni se los capture para llevarlos a casa. Ese no es su lugar. Hay especies además de especial vulnerabilidad
7. Pescar con red
Podemos fabricarnos una con una de esas bolsas de rejilla en las que vienen las cebollas, un palo y alambre. También podemos encontrarlas con facilidad ya hechas en un bazar.
Se pueden poner a flotar en un buen charco corchos de botella o tapas de botellas de plástico y pasar el rato tratando de pescarlas. Muy sencillo,, entretenido y un buen reto para los/as más pequeñines/as. Siempre recordando, claro está, llevarnos la pesca de nuevo a casa 😉
8. ¡Saltar, saltar y saltar!
¡Pues claro! parece de perogrullo, pero es que es de lo mejor que se puede (dejar) hacer. Y esto va sobretodo para las personas adultas. Ponte una botas de agua y acompaña a tu peque a saltar por los charcos. Nada mejor que la complicidad en el juego. Y además seguro que lo pasas genial, y lo sabes.
Los/as peques lo hacen por puro instinto, no lo pueden evitar. Es una especial delicia ver a los/as más chiquitines/as descubrir este juego por primera vez, ver cómo pisan con sus pequeños piececillos el agua, a principio despacito para poco a poco hacerlo más y más fuerte.
Pero ante todo y como siempre, recomendamos el juego y la experimentación libre. Se les pueden hacer propuestas, pero las mejores muchas veces salen de ellos y ellas mismas. Siempre tiene que haber cabida a dejar que exploren y jueguen según su propia iniciativa y curiosidad.
¿Es suficiente con botas de agua? Recomendaciones para vestirse
El clásico que nos viene a la mente cuando imaginamos a alguien saltando por los charcos es que lleva botas de agua. Pero lo que no se ve es la mojadura que luego tiene en las piernas. Sabemos además que ningún niño o niña va a saltar «moderadamente» para evitar mojarse, ¿verdad?
Lo ideal como siempre que se acompaña el juego, es no tener que frenarlo ni en tiempo ni en intensidad. Si además y que puedan tirarse al suelo a jugar y observar con tranquilidad, aquí algunas recomendaciones:
- Complementar las botas de agua con ropa impermeable: un pantalón o peto.
- Siempre aconsejamos además que la pernera del peto vaya siempre por fuera de la bota. Es decir, la bota queda oculta por el pantalón. Así evitamos que escurra agua entre la pernera y la bota y se mojen los pies. Los estribos elásticos que llevan estas prendas se hacen pasar por debajo de la suela para así evitar que las perneras escurran hacia arriba.
- ¡Ojo con los charcos o arroyuelos profundos! Si el nivel del agua supera el de la bota, puede haber entradas de agua entre la pernera y la bota. La única forma de conseguir entradas de agua 0 es con los vadeadores infantiles, donde botas y peto van sellados.
- Si las temperaturas empiezan a ser cálidas, elegir ropa impermeable que no les acalore demasiado. Prendas impermeables ligeras son ideales, especialmente para las chaquetas. Aquí y aquí podéis ver distintas opciones.
¡Nos vemos por los charcos! 😀