Recientemente compartimos en las redes un programa del Escarabajo Verde titulado «Niños de asfalto». El eje sobre el que giraba es el Trastorno por déficit de Naturaleza, que padecen actualmente la mayoría de niños y niñas en el mundo occidental. Este término, nos es cada vez más familiar. Fue acuñado por el Richard Louv, periodista y autor de «Los últimos niños en el bosque».
Uno de los datos más llamativos que arroja el reportaje es que casi la mitad de los niños y niñas, no es que tengan poco contacto con la Naturaleza, es que pasan menos de una hora al día al aire libre.
Para profundizar sobre el tema, os recomendamos mucho el libro de Heike Freire «Educar en Verde»
Reverdeciendo la vida de los niños y niñas
En el reportaje de El Escarabajo Verde citan algunos ejemplos para paliar la falta de contacto con la Naturaleza en la infancia (más zonas verdes, huertos en los coles, escuelas en el bosque). Sin embargo, aquí os lanzamos otra propuesta: Crear un Grupo de Juego en la Naturaleza.
¿Qué entendemos que es un Grupo de Juego en la Naturaleza? Podríamos hablar de un grupo de niños y niñas desarrollando su juego libre en un entorno natural acompañados por personas adultas. Las personas adultas pueden ser las madres y padres de los/as peques o sus cuidadores/as. También hay profesionales que ofrezcan este servicio específico (como por ejemplo nuestras amigas de Ojalá Hoja en la Sierra de Madrid).
Aquí nos vamos a referir especialmente a familias que deciden juntarse de forma habitual en espacios al aire libre y acompañar juntas el juego de sus hijos/as.
¿Qué se necesita para crear un Grupo de Juego al aire libre?
Simplemente, niños y niñas que quieran jugar y un espacio al aire libre, que hayamos reconocido previamente y que se presente seguro para ellos y ellas.
Es más, por nuestra propia experiencia, no hace falta nada más. No es necesario llevar juguetes. Esto evitará conflictos, y además propiciará que saquen el máximo partido en su juego a lo que encuentren en el propio entorno. De esta manera se estimulará enormemente su creatividad e imaginación. Nosotras como mucho aportamos materiales poco estructurados que en ocasiones pueden ser útiles, como cubos o palas. Un kit de primeros auxilios sí que es conveniente llevar, en caso de que haya algún pequeño percance.
Tampoco es necesario organizar propuestas. Los días de la mayoría de las criaturas están ya llenos de rutinas y actividades organizadas. Dejemos que este sea su momento para el movimiento, el juego libre y la espontaneidad.
Buscando un lugar para el juego al aire libre
Digamos que lo óptimo sería que el espacio fuese en una zona natural lo más silvestre posible. Un bosque o una zona de monte suele ser, digamos, la imagen idílica. Sin embargo, la realidad es que no siempre se tienen al alcance parajes naturales de este tipo. A partir de este óptimo, podemos ir buscando otros entornos en los que al menos tengamos al alcance zonas de vegetación, y elementos naturales con los que tomar contacto (agua, arena, palos, piedras, barro, etc)
Sin duda, si se vive en una zona rural o un pueblo, es mucho más asequible encontrar áreas de juego al aire libre atractivas. Otra opción es buscar un alquiler de un terreno o incluso proponer a un/a propietario/a una cesión a cambio de su cuidado y mantenimiento (¡cuántos prados están siendo literalmente tomados por la maleza!).
En una ciudad hay que buscar más a propósito, y también depende de la accesibilidad que se tenga las zonas por transporte. Se puede investigar sobre la existencia de parques ajardinados, cinturones verdes, áreas recreativas. La playa es un sitio genial para el juego, y no sólo en verano.
Y un recurso que nadie debería perderse es la Guía de Parques Infantiles Naturales de Tierra en las Manos. Imprescindible. Más de una persona se sorprenderá de tener en su cuidad una joyita de parque.
Cuanto más frecuente, mejor
No es lo mismo la esporádica salida a la Naturaleza, que el beneficio que se obtiene de salir de forma habitual. Una niña o un niño obtendrá el máximo de los beneficios de estar en contacto con la Naturaleza, si accede a ella de forma cotidiana.
Se puede hacer por las mañanas en caso de que los/as peques no estén escolarizados/as, también se puede hacer por las tardes después del colegio. ¿Qué mejor extraescolar se puede tener? También los fines de semana, ¡claro!
Y por supuesto, los grupos de juego al aire libre y en la Naturaleza, lo ideal es que tengan lugar durante todo el año. Porque cada estación es única y propicia distintas condiciones, todas ellas maravillosas para el juego. Con un buen equipamiento, no hay que temer al frío o la lluvia.
Inclusivo para todas las edades y diversidades
Una de las cosas más bellas de los grupos de juego al aire libre o en la Naturaleza, es que que es un gran modulador de edades y capacidades. A diferencia de otras actividades y propuestas que se ofrecen a los/as niños/as, el juego libre en la Naturaleza es totalmente inclusivo. No hay edades ni público objetivo. Vale absolutamente para cualquiera. En un mismo entorno natural, en un mismo momento, diferentes criaturas con diferentes condiciones sacarán partido de lo que les rodea según sus capacidades, deseos e inquietudes.
Esto hace que los grupos de juego en la Naturaleza puedan estar integrados por una gran heterogeneidad de personas. Además, para las personas adultas, siempre es un soplo de aire fresco poder compartir estos momentos con otras familias. También nos beneficiamos de nuestra particular «socialización» en contacto con la Naturaleza.
Algunas ideas para promover un Grupo de Juego en la Naturaleza
En ocasiones la dificultad reside en encontrar otras familias en el entorno con las que poder compartir y consolidar un grupo de juego al aire libre.
Algunas vías, puede ser poniendo algún cartel el la biblioteca infantil del barrio o del pueblo. También se puede lanzar a través del AMPA del cole o una asociación vecinal. Tampoco hay que olvidar las ventajas que las redes sociales ofrecen en este sentido.
Nosotras, por ejemplo, aprovechamos unas jornadas de educación organizadas por una asociación de familias para lanzar nuestra propuesta. Así hicimos un llamamiento a otras familias para unirse. Gracias a esto, por cierto, hemos conocido y formado vínculo con gente maravillosa que de otro modo quizá no se hubiera cruzado en nuestro camino.
¿Te gusta la idea? ¿estás pensando ya en cómo promover un Grupo de Juego en la Naturaleza?
¡Anímate! y si te ha gustado… ¡Comparte! 🙂